Empecemos viendo las diferencias entre las escuelas respecto a si son
rurales o urbanas.
Las escuelas rurales son aquellas
que se encuentran en puntos geográficos con más difícil acceso o en poblaciones
más pequeñas, normalmente pueblos de montaña. Estas escuelas tienen un tamaño
más reducido al igual que un número de alumnos menos, sin embargo, los niños
son más tranquilos y valoran mucho más a la figura del maestro, ya que el
estilo de vida y la mentalidad de esas zonas son diferentes diferente: los adultos
y, en concreto, los maestros son figuras más respetadas. Además en varias
ocasiones en las clases los niños no tienen la misma edad, sino que están más
en contacto los niños más mayores con los más pequeños, por lo que considero
que en este aspecto hay más riqueza en el aprendizaje (aprenden unos de otros).
También, los alumnos están más en contacto con la naturaleza y tienen por lo
tanto muchas ganas de aprender, es un aprendizaje más rico y experimental en
ese sentido (excursiones a la naturaleza, actividades al aire libre, etc. Sobre
el profesorado, en las escuelas rurales suelen estar los maestros recién
titulados, ya que son zonas que no son muy elegidas por los docentes que pueden
elegir. En cuanto a los recursos, la escuela rural no cuentan con tanto
recursos y medios (sobre todo tecnológicos) como la escuela urbana, en este
aspecto las clases son algo más precarias y los alumnos carecen de algunos
materiales que podrían apoyar su aprendizaje (libros, ordenadores, material
deportivo, artístico, etc.).
Sin embargo, considero que, a pesar de esa escasez que de recursos, las
escuelas urbanas son un concepto muy interesante de escuela, mucho más cercana
y enriquecedora tanto para los niños como para los maestros, donde se acaba
generando una relación que va más allá de la de maestro-alumno, una relación
más familiar.
Sobre las escuelas urbanas, estas son las que podemos ver en las grandes
ciudades, las que predominan en nuestro país. Son instituciones más grandes,
ubicadas normalmente en centros urbanos y rodeadas de edificios y carreteras,
por lo que no existe aquí contacto con la naturaleza. Sin embargo las escuelas
urbanas cuentan con mayor cantidad de recursos y materiales que las rurales
además de con mayor número de alumnos, aunque también hay mayor número de
alumnos en las aulas, por lo que considero esto una desventaja.
En conclusión, podemos ver que las diferencias entre las escuelas rurales y
urbanas saltan a la vista, sobre todo las que respectan a la cantidad de
recursos y medios. Esto es un problema bastante grave, ya que es sumamente
necesario mejorar las condiciones de las escuelas urbanas, puesto que hay gran
cantidad de niños que viven en zonas de difícil acceso y también tienen derecho
a una educación de calidad.
Si clasificamos ahora las escuelas según sean públicas o privadas, podemos
ver la clara diferencia que existe entre ellas y las disputas y críticas que
siempre hay sobre unas y otras.
Para empezar, veamos las características de la escuela pública: ésta, a
diferencia de la escuela privada, es gratuita, está subvencionada por el estado
y los padres no deben abonar ninguna cuota mensual. Respecto a los contenidos,
estos están reflejados en las leyes y son impuestos por el gobierno, por lo que
todas las escuelas tienen más o menos el mismo fin y la misma forma de
enseñanza, sin embargo los profesores tienen más flexibilidad para elegir como
llevar sus clases. Por otro lado, en la escuela pública los docentes vienen de
unas oposiciones que han realizado previamente, por lo que no se tiene en
cuenta la ideología o las creencias de unos y otros. Además, la escuela pública
es de todos y para todos, es decir, no se discrimina algún niño por su
procedencia, creencia o cultura, todos tienen derecho a una educación. Por
último, la escuela pública debe ser neutra en cuanto a ideologías o creencias
religiosas, en la mayoría se oferta la asignatura de religión pero esta siempre
ha de ser optativa.
Si nos vamos ahora a la escuela
privada, esta es todo lo contrario de lo que hemos hablado antes. Para empezar,
la escuela privada tiene un costo mensual que tiende a ser bastante elevado y
solo las familias pudientes pueden llevar a sus hijos allí. Después, en cada escuela
privada, según sus principios e ideología los contenidos se estructuran de una
manera u otra y el docente siempre debe ser fiel a lo que le dicen que debe
impartir. Respecto a los docentes, estos no entran mediante oposiciones, sino
que son elegidos según lo que demuestren en entrevistas, examen, etc. Por lo
que si su ideología o sus creencias son contrarias a las del centro no va a ser
admitido. Algo muy criticado de las escuelas privadas es que no todo los niños
pueden acceder a ella, es una escuela segregadora que, dependiendo de su
ideología, rechazará a niños y niñas que presenten unas condiciones
(familiares, ideológicas…) que no concuerden con las de la escuela. Por este
motivo los niños que pertenecen a minorías étnicas, que vengan de otros países,
que tengan una familia que no sea la tradicional o, incluso, que presenten unas
capacidades especiales, no serán acogidos por estas escuelas. En cuanto a la
religión, esta es obligatoria según si se trata de una escuela privada
religiosa o no, pero si lo es, esta materia es obligatoria y muy importante
para ella.
Podemos ver por lo tanto que las diferencias entre las escuelas privadas y
públicas saltan a la vista y que, lo que más llama la atención y lo que marca
la diferencia es, en mi opinión, el aspecto discriminatorio de las escuelas
privadas, pues al no recibir a niños que no cumplan unos requisitos concretos,
está colaborando a que se produzca una discriminación a nivel social, pues esas
familias se sentirán rechazadas y los niños que sí están en esas escuelas no
crecerán ni se educarán en un entorno de diversidad, provocando que tiendan a
ser personas que rechacen cualquier tipo de diferencias.
Pienso realmente que la escuela pública es mucho más enriquecedora para
todos los niños y niñas, más democrática y, por supuesto, inclusiva, puesto que
los niños aprenden a respetarse unos a otros sin ver las diferencias como algo
malo, sino como algo de lo que aprender. Sobre el aspecto que hace referencia a
la religión, siempre he pensado que a los niños hay que educarlos de forma
neutral para que, cuando tengan la capacidad y los criterios para entender,
sean ellos y ellas los que decidan si creer o no y en qué. Sin embargo este es
un tema más complicado, puesto que muchas familias no están dispuestas a que
sus hijos no aprendan su religión y es cierto que están en su derecho a
llevarlos a un colegio donde los eduquen en ella.
En cuanto a las semejanzas que se pueden sacar entre ambas escuelas, por lo
general sería que tanto las escuelas públicas y privadas son organizaciones con
una misión educativa, además, la estructura física de ambas escuelas es
bastante similar. Aunque las escuelas privadas suelen contar con mayor numero
de materiales y de mayor calidad, ambas organizan sus aulas y su tiempo de
forma similar: clases con pupitres dirigidos hacia la pizarra y hacia la mesa
del profesor, donde los alumnos tienen un tiempo de recreo y luego vuelven al
aula. Además las asignaturas que se ofertan en ambos centros son las mismas,
porque son las que se reflejan en las leyes educativas. Lo que si varía entre
ambos son las asignaturas de tipo optativa o actividades extraescolares, donde
los centros privados suelen contar con una oferta más amplia.
Es curioso destacar también otro documento que hace otro tipo de
clasificación de las escuela, y las clasifica según sean: selectivas, inclusivas
o integradoras.
Cuando se habla de la escuela selectiva se habla de aquella escuela que ha
imperado desde la antigüedad, en la que no había cabida para aquellas personas
que presentaran unas capacidades especiales o se encontrasen en situaciones más
complejas. Es decir, es una escuela que no respeta las individualidades de los
alumnos ni la diversidad dentro del aula. Se preocupa además por la formación
de los niños y niñas de cara a un futuro, no por su desarrollo personal en el
presente.
La escuela selectiva puede compararse fácilmente con una empresa, donde los
alumnos deben llega, hacen lo que se les dice, cumplen las normas y vuelven a
casa, y así cada día del año. No es una escuela por lo tanto que esté abierta
al cambio o a sugerencias por parte de los alumnos, sino una escuela
dictatorial y selectiva, donde los alumnos deben adaptarse a ella y no ella
a los alumnos.
La siguiente escuela de la que nos habla el documento es la escuela
inclusiva, un modelo de escuela mucho más moderno por el que se está empezando
a luchar para que sustituya a la escuela selectiva. En la escuela inclusiva se
pretende que todos los niños y niñas con o sin dificultades de aprendizaje se
sientan apoyados y pertenecientes a la comunidad, se lucha por una educación de
calidad para todos y todas acabando con la discriminación y la segregación.
Aquí es la escuela la que debe adaptarse a los alumnos y a sus diversas necesidades,
mientras ellos crecen y aprenden juntos, sin segregaciones ni separaciones por
“niveles de capacidad”.
Por último aparece en este documento la escuela integradora. Para entender
mejor esta escuela debemos conocer el concepto de integración, el cual
significa que la educación está destinada a todos los alumnos sin distinguir
entre sus necesidades y respetando siempre las diferencias. Esta educación se
centra normalmente en aquellos alumnos que vienen de un contexto más complicado
(problemas familiares) o alumnos de minorías étnicas.