viernes, 9 de mayo de 2014

1.1. ¿Para qué sirven las escuelas en una sociedad democrática?


Enlace: Valoras.uc.cl

Respecto al primer documento (La escuela como espacio de participación democrática), aparecen en él unas ideas generales sobre los conceptos de participación y democracia, para luego continuar profundizando sobre la sociedad cambiante en la que vivimos y cómo la escuela puede hacer frente a eso, como la escuela debe crear ciudadanos capaces de hacer frente a esta sociedad moderna y transformarla en una sociedad democrática.

Podríamos empezar definiendo la democracia como la participación activa en la sociedad por parte de todos los ciudadanos, por lo que la misión que tienen aquí las escuelas es la de crear personas que sean partícipes activos de la sociedad en la que vivimos y contribuyan a transformar y mejorarla. Personas totalmente autónomas para tomar decisiones, libres para expresar sus opiniones y capaces de llegar a acuerdos entre ellas, respetando siempre todas las opiniones y haciendo uso del diálogo para llegar a un consenso.

Las escuelas son la base para que los niños aprendan a vivir en democracia. Aunque en los hogares también deban adquirir esta habilidad, es en la escuela donde se relacionan con un gran grupo de iguales en el que tienen que tomar decisiones y llegar a acuerdos entre todos. En las escuelas debe enseñarse a los niños desde pequeños a tomar decisiones y a tener una opinión y un pensamiento crítico, tratando de evitar el decidir las cosas por ellos. Es aquí donde van a adquirir unos valores como la empatía, la cooperación, la justicia, etc. Y todo ellos se consigue a través de la relación con los demás niños. Por tal motivo la escuela es un espacio vital para aprender a vivir en sociedad, en democracia.

Cabe destacar de este documento la reflexión sobre que vivimos en una sociedad moderna y, por ello, cambiante. Lo que tiene como consecuencia que en ocasiones las personas nos mostremos pasivas ante diversas situaciones y percibamos la realidad como un sin sentido. Para combatir este sentimiento, la escuela debe formar ciudadanos que sean activos y capaces de hacer frente a todas las situaciones, reflexionando para tomar las decisiones que les permitan desenvolverse en la sociedad.

1.2. ¿Qué las caracteriza como organizaciones?


Enlace: Edukanda.es

Lo primero que caracteriza a las escuelas como organizaciones educativas es que es allí donde se lleva a cabo una gran transmisión de conocimientos a niños y niñas desde muy temprana a edad hasta que son prácticamente adultos. Aunque la transmisión de conocimientos no lo es todo, pues es en las escuelas donde los niños aprenden mayormente a establecer relaciones y comunicarse con los demás, aprender a resolver conflictos entre ellos y valores como la cooperación, la justicia y la empatía, donde se forman los que en un futuro serán los ciudadanos encargados de la sociedad por lo que deben aprender a tener criterio propio, a ser libres y  a tener autonomía personal. Al menos estas son las características que debería tener cualquier escuela hoy en día, pública o privada, pues los valores son la base de la educación y están por encima de los conocimientos.

Además, los centros educativos se caracterizan por algunos rasgos específicos que tienen que ver con sus características como realidad social, como comunidad y como organización. Como realidad social, hablamos de que son instituciones abiertas al entorno por lo que recibe importantes influencias de este: valores y actitudes de la sociedad, características culturales, políticas, económicas, etc. Como comunidad, nos referimos a que las escuelas están formadas por muchos participantes con diferentes papeles en ellas, pero con intereses comunes a la naturaleza del proceso educativo.

En cuanto a su carácter como organización, los centros educativos poseen diversas y complejas funciones y objetivos (adaptación, participación, aprendizaje), además de estar formado por diversas personas con diferentes funciones y necesidades (padres, profesores, directivos, alumnado) que a su vez tienen características y creencias muy dispares. Además hay que tener en cuenta que cada escuela es un mundo puesto que se acogen a diferentes modelos y tienen distinto comportamiento.

Siguiendo con los rasgos que las caracterizan como organizaciones, destaca la indefinición de metas. Las escuelas son organizaciones al servicio de la sociedad ya que esta les demanda el cumplimiento de diversos objetivos, sin embargo en muchas ocasiones hay una falta de priorización sobre estos objetivos que acaba generando incertidumbre en la propia organización. Sobre la naturaleza de las metas educativas, influyen en estas ciertos valores, como el carácter no competitivo de estas organizaciones y su naturaleza doméstica (no selecciona a los participantes, siempre que hablemos de lo público).

Otro delos rasgos que la caracterizan como organización es la falta d preparación técnica, debido a la compleja realidad escolar que provoca que no haya un modelo único de profesor. También la debilidad del sistema, debido a la amplitud de la organización informal, la contraposición de estructuras y metas, la indefinición de funciones y otros varios factores.

Todas estas circunstancias provocan que haya en las escuelas un nivel de indeterminación bastante alto, provocando que en ocasiones sean débiles desde el punto de vista organizativo.

1.3 ¿Hay diferencia entre las instituciones escolares y las empresas?



A día de hoy, este resultar ser un tema bastante discutido en el ámbito educativo, pues debido a los cambios que experimenta nuestra sociedad debido a diversos factores como el capitalismo, muchas corrientes pedagógicas alarman de que cada vez hay menos diferencias entre una empresa y un centro educativo. Esto puede verse a simple vista si nos fijamos en como es la estructura de una escuela y de una empresa, tanto física como organizativamente hablando.

Para empezar, ambos se caracterizan por ser espacios cerrados, muy cerrados, austeros en su mayoría y muy cuadriculados. Tanto en las escuelas como en las empresas hay habitaciones más pequeñas en el interior totalmente cerradas, todo se divide por secciones y cubículos y el recinto está totalmente cercado. Además, los niños pasan un grandísima cantidad de hora encerrados en esos espacios, donde solo tienen un pequeño descanso de media hora o tres cuartos para descansar, para luego volver a sus “puestos”.

Voy a profundizar a continuación sobre este tema con un artículo muy interesante de Cecilia Salazar-Alonso titulado “Escuela o empresa: ¿Galton en las aulas?” que habla sobre este tema, aunque no son pocos los artículos que hay que lo tratan.

Empezamos viendo que, últimamente, las escuelas se están apoderando de diversos términos que antes solo se escuchaban en las empresas. Términos como “competencia”, “rentabilidad”, “excelencia”… que nos llevan a pensar que la escuela es un espacio de competitividad donde lo único que importa es obtener resultados rápidos y eficaces, dejando a un lado a la persona. De manera que los alumnos pasan a ser productos y los padres clientes de una empresa: la escuela, cuya única misión es formar trabajadores para el mercado laboral que satisfagan las necesidades de la oferta y la demanda. Esto se consigue mediante la privatización de espacios de enseñanza o desviando fondos públicos a instituciones privadas.

Un ejemplo de este pensamiento capitalista enfermizo lo podemos ver en la evaluación en los centros educativos: los centros que obtienen bajos resultados, en vez de obtener más recursos para poder mejorar sus condiciones y aumentar la calidad de aprendizaje de sus alumnos, son castigados con la disminución de recursos, convirtiéndose así en centros donde están los alumnos mas “rebeldes”, lo que provoca la discriminación entre unos centros y otros y, aun peor, la discriminación de personas como esos niños, a los que se les condena su futuro. Otro de los objetivos de esta concepción escuela-empresa es quitar a los profesores autonomía para decidir los contenidos que dan en clase, de manera que deban ceñirse a unos contenidos fijos y perdiendo así la posibilidad de hacer clases más espontáneas donde los alumnos debatan y desarrollen así su pensamiento crítico.

Siguiendo con este pensamiento empresarial, uno de los hechos, en mi opinión, más alarmantes, es la separación y la segregación en las aulas y en las escuelas. El hecho de considerar a los alumnos con necesidades especiales un “estorbo” para los demás y separarlos en distintas aulas o dándoles un trato diferente, fomentando así entre los propios niños y niñas la discriminación y la marginación. Como si las diferencias entre nosotros fueran algo malo en lugar de enriquecedor, este tipo de pensamiento solo esta interesado en que todas las personas sean y piensen igual, siendo sumisos ante sus “superiores”.

Con todos estos casos, podemos ver como se intenta poco a poco en promover un sistema educativo con un carácter empresarial e incluso dictatorial, que segregue y depure al alumnado y lo moldee a su imagen e intereses, creando así una sociedad sumisa, obediente, incapaz de defenderse y de valerse por sí misma y sin pensamiento crítico.

En definitiva, si alguna vez hubo diferencias entre las escuelas y las empresas, hoy día se están intentando asemejar aún más, algo nada bueno para la educación de nuestros hijos ni para una sociedad futura. Ante esto, es fundamental que las personas se unan para combatir este virus del capitalismo, que padres, alumnos, profesores y ciudadanos colaboren para una causa común, porque mientras haya espíritu y esperanza, se puede ganar.

1.4. ¿Cómo se relacionan con el entorno?


Enlace: Csi-csif.es

La escuela y la comunidad, el entorno, siempre han ido e irán de la mano, pues ambos se complementan recíprocamente y desempeñan una función educativa, la primera formalmente y la segunda de manera informal. Además, las escuelas están influidas e intentan responder a las demandas de la sociedad, pero no podemos olvidar que esta última también debe estar comprometida con la escuela para poder así facilitar la acción educativa. Por lo tanto, para facilitar esa acción educativa, escuela y entorno deben estar en contacto, conocer todas las novedades que ocurren en uno y en otro y esto se consigue a través de la participación y la relación con otras instituciones de la sociedad y, muy importante, con la familia.

La familia es quizá el sector más importante con el que la escuela debe tener contacto, pues es la primera institución educadora. Aunque los niños y niñas pasen mucho tiempo en las aulas, es en casa donde reciben una educación desde que nacen y se van empapando de las costumbres y la cultura. Para relacionarse con la familia, existen muchas alternativas, pero sin duda la mas usada es la AMPA (Asociación de madres y padres de alumnos). desde esta asociación, los padres participan de forma directa en el centro, elaborando propuestas para la mejora de este, organizando y participando en actividades… esto es realmente importante para los niños, para que no se desorienten si la familia va por un lado y la escuela por otro, sino que se tomen decisiones coherentes con uno y otro sector.

Siguiendo con la relación de la escuela con la comunidad, un factor importante para que esta relación pueda llevarse a cabo, es que la escuela esté abierta y comprometida con el entorno, fomentando así que se la conozca mejor desde la comunidad. Son muchas las instituciones que pueden contribuir a la formación del alumnado y que, por ello, deben estar en contacto con la escuela, entre ellas está el ayuntamiento, que colabora a través de las delegaciones de educación, de servicios sociales, de cultura, etc. Otra de las instituciones que debe estar en contacto con el centro es la conserjería de educación, que dota a la escuela de recursos y de programas, también la conserjería de sanidad, el SAE, etc.

Tampoco debemos olvidar de que otros centros escolares estén en contacto con la escuela, es decir, que todos los centros de la comunidad estén en contacto entre sí para elaborar proyectos comunes y no diferir mucho en los métodos ni en los intereses. También es importante que las empresas privadas estén en contacto con el centro, sobre todo si se trata de centros de educación secundaria y bachillerato, para dar información sobre practicas laborales y hacer visitas a las empresas.

Con todo esto, podemos ver la importancia de que todo el entorno que rodea al centro educativo esté en contacto con él, ya que la educación no es un hecho aislado, sino que se da en toda la comunidad, por lo que toda ella es responsable de ofrecer la mejor educación posible para favorecer el desarrollo integral de los niños y niñas.

1.5 ¿Qué tipos de escuelas existen: rurales/urbanas, públicas/privadas...? ¿Qué las diferencia y asemeja?


Enlaces: Cedoc.infd.edu.ar 

Empecemos viendo las diferencias entre las escuelas respecto a si son rurales o urbanas.

Las escuelas rurales son  aquellas que se encuentran en puntos geográficos con más difícil acceso o en poblaciones más pequeñas, normalmente pueblos de montaña. Estas escuelas tienen un tamaño más reducido al igual que un número de alumnos menos, sin embargo, los niños son más tranquilos y valoran mucho más a la figura del maestro, ya que el estilo de vida y la mentalidad de esas zonas son diferentes diferente: los adultos y, en concreto, los maestros son figuras más respetadas. Además en varias ocasiones en las clases los niños no tienen la misma edad, sino que están más en contacto los niños más mayores con los más pequeños, por lo que considero que en este aspecto hay más riqueza en el aprendizaje (aprenden unos de otros). También, los alumnos están más en contacto con la naturaleza y tienen por lo tanto muchas ganas de aprender, es un aprendizaje más rico y experimental en ese sentido (excursiones a la naturaleza, actividades al aire libre, etc. Sobre el profesorado, en las escuelas rurales suelen estar los maestros recién titulados, ya que son zonas que no son muy elegidas por los docentes que pueden elegir. En cuanto a los recursos, la escuela rural no cuentan con tanto recursos y medios (sobre todo tecnológicos) como la escuela urbana, en este aspecto las clases son algo más precarias y los alumnos carecen de algunos materiales que podrían apoyar su aprendizaje (libros, ordenadores, material deportivo, artístico, etc.).

Sin embargo, considero que, a pesar de esa escasez que de recursos, las escuelas urbanas son un concepto muy interesante de escuela, mucho más cercana y enriquecedora tanto para los niños como para los maestros, donde se acaba generando una relación que va más allá de la de maestro-alumno, una relación más familiar.

Sobre las escuelas urbanas, estas son las que podemos ver en las grandes ciudades, las que predominan en nuestro país. Son instituciones más grandes, ubicadas normalmente en centros urbanos y rodeadas de edificios y carreteras, por lo que no existe aquí contacto con la naturaleza. Sin embargo las escuelas urbanas cuentan con mayor cantidad de recursos y materiales que las rurales además de con mayor número de alumnos, aunque también hay mayor número de alumnos en las aulas, por lo que considero esto una desventaja.

En conclusión, podemos ver que las diferencias entre las escuelas rurales y urbanas saltan a la vista, sobre todo las que respectan a la cantidad de recursos y medios. Esto es un problema bastante grave, ya que es sumamente necesario mejorar las condiciones de las escuelas urbanas, puesto que hay gran cantidad de niños que viven en zonas de difícil acceso y también tienen derecho a una educación de calidad.

Si clasificamos ahora las escuelas según sean públicas o privadas, podemos ver la clara diferencia que existe entre ellas y las disputas y críticas que siempre hay sobre unas y otras.

Para empezar, veamos las características de la escuela pública: ésta, a diferencia de la escuela privada, es gratuita, está subvencionada por el estado y los padres no deben abonar ninguna cuota mensual. Respecto a los contenidos, estos están reflejados en las leyes y son impuestos por el gobierno, por lo que todas las escuelas tienen más o menos el mismo fin y la misma forma de enseñanza, sin embargo los profesores tienen más flexibilidad para elegir como llevar sus clases. Por otro lado, en la escuela pública los docentes vienen de unas oposiciones que han realizado previamente, por lo que no se tiene en cuenta la ideología o las creencias de unos y otros. Además, la escuela pública es de todos y para todos, es decir, no se discrimina algún niño por su procedencia, creencia o cultura, todos tienen derecho a una educación. Por último, la escuela pública debe ser neutra en cuanto a ideologías o creencias religiosas, en la mayoría se oferta la asignatura de religión pero esta siempre ha de ser optativa.

 Si nos vamos ahora a la escuela privada, esta es todo lo contrario de lo que hemos hablado antes. Para empezar, la escuela privada tiene un costo mensual que tiende a ser bastante elevado y solo las familias pudientes pueden llevar a sus hijos allí. Después, en cada escuela privada, según sus principios e ideología los contenidos se estructuran de una manera u otra y el docente siempre debe ser fiel a lo que le dicen que debe impartir. Respecto a los docentes, estos no entran mediante oposiciones, sino que son elegidos según lo que demuestren en entrevistas, examen, etc. Por lo que si su ideología o sus creencias son contrarias a las del centro no va a ser admitido. Algo muy criticado de las escuelas privadas es que no todo los niños pueden acceder a ella, es una escuela segregadora que, dependiendo de su ideología, rechazará a niños y niñas que presenten unas condiciones (familiares, ideológicas…) que no concuerden con las de la escuela. Por este motivo los niños que pertenecen a minorías étnicas, que vengan de otros países, que tengan una familia que no sea la tradicional o, incluso, que presenten unas capacidades especiales, no serán acogidos por estas escuelas. En cuanto a la religión, esta es obligatoria según si se trata de una escuela privada religiosa o no, pero si lo es, esta materia es obligatoria y muy importante para ella.

Podemos ver por lo tanto que las diferencias entre las escuelas privadas y públicas saltan a la vista y que, lo que más llama la atención y lo que marca la diferencia es, en mi opinión, el aspecto discriminatorio de las escuelas privadas, pues al no recibir a niños que no cumplan unos requisitos concretos, está colaborando a que se produzca una discriminación a nivel social, pues esas familias se sentirán rechazadas y los niños que sí están en esas escuelas no crecerán ni se educarán en un entorno de diversidad, provocando que tiendan a ser personas que rechacen cualquier tipo de diferencias.

Pienso realmente que la escuela pública es mucho más enriquecedora para todos los niños y niñas, más democrática y, por supuesto, inclusiva, puesto que los niños aprenden a respetarse unos a otros sin ver las diferencias como algo malo, sino como algo de lo que aprender. Sobre el aspecto que hace referencia a la religión, siempre he pensado que a los niños hay que educarlos de forma neutral para que, cuando tengan la capacidad y los criterios para entender, sean ellos y ellas los que decidan si creer o no y en qué. Sin embargo este es un tema más complicado, puesto que muchas familias no están dispuestas a que sus hijos no aprendan su religión y es cierto que están en su derecho a llevarlos a un colegio donde los eduquen en ella.

En cuanto a las semejanzas que se pueden sacar entre ambas escuelas, por lo general sería que tanto las escuelas públicas y privadas son organizaciones con una misión educativa, además, la estructura física de ambas escuelas es bastante similar. Aunque las escuelas privadas suelen contar con mayor numero de materiales y de mayor calidad, ambas organizan sus aulas y su tiempo de forma similar: clases con pupitres dirigidos hacia la pizarra y hacia la mesa del profesor, donde los alumnos tienen un tiempo de recreo y luego vuelven al aula. Además las asignaturas que se ofertan en ambos centros son las mismas, porque son las que se reflejan en las leyes educativas. Lo que si varía entre ambos son las asignaturas de tipo optativa o actividades extraescolares, donde los centros privados suelen contar con una oferta más amplia.

Es curioso destacar también otro documento que hace otro tipo de clasificación de las escuela, y las clasifica según sean: selectivas, inclusivas o integradoras.

Cuando se habla de la escuela selectiva se habla de aquella escuela que ha imperado desde la antigüedad, en la que no había cabida para aquellas personas que presentaran unas capacidades especiales o se encontrasen en situaciones más complejas. Es decir, es una escuela que no respeta las individualidades de los alumnos ni la diversidad dentro del aula. Se preocupa además por la formación de los niños y niñas de cara a un futuro, no por su desarrollo personal en el presente.

La escuela selectiva puede compararse fácilmente con una empresa, donde los alumnos deben llega, hacen lo que se les dice, cumplen las normas y vuelven a casa, y así cada día del año. No es una escuela por lo tanto que esté abierta al cambio o a sugerencias por parte de los alumnos, sino una escuela dictatorial y selectiva, donde los alumnos deben adaptarse a ella y no ella a los alumnos.

La siguiente escuela de la que nos habla el documento es la escuela inclusiva, un modelo de escuela mucho más moderno por el que se está empezando a luchar para que sustituya a la escuela selectiva. En la escuela inclusiva se pretende que todos los niños y niñas con o sin dificultades de aprendizaje se sientan apoyados y pertenecientes a la comunidad, se lucha por una educación de calidad para todos y todas acabando con la discriminación y la segregación. Aquí es la escuela la que debe adaptarse a los alumnos y a sus diversas necesidades, mientras ellos crecen y aprenden juntos, sin segregaciones ni separaciones por “niveles de capacidad”.

Por último aparece en este documento la escuela integradora. Para entender mejor esta escuela debemos conocer el concepto de integración, el cual significa que la educación está destinada a todos los alumnos sin distinguir entre sus necesidades y respetando siempre las diferencias. Esta educación se centra normalmente en aquellos alumnos que vienen de un contexto más complicado (problemas familiares) o alumnos de minorías étnicas.